Kawawa es nuestra finca y nuestra casa. Fue bautizada por el mamo Eusebio, líder espiritual de la aldea arhuaca de Serankwa, durante una ceremonia de bautizo en la Sierra Nevada de Santa Marta. El nombre excede los muros de las palabras y los conceptos, pero acotándolo, significa algo así como «tierra de crecimiento» o «tierra de prosperidad»: es todo un sentido.
Kawawa está situada en Navajeda, un pequeño pueblo ganadero y agrícola de Cantabria, y está conectada con Chundwa, los picos de la sierra.
La casa ha sido construida con elementos vivos en armonía con el paisaje. El ecosistema rural de aves rapaces, el arroyo y las arboledas que nos rodean definen su alma. La estructura y las fachadas de la vivienda son de madera, mientras que el acabado luce una piel de corcho natural que sirve como un poderoso aislante. El diseño fue concebido por Gurea arquitectura cooperativa, que lo define así: «El proyecto materializa una reflexión sobre la manera de habitar el medio rural hoy en día, respondiendo a una voluntad genuina de vivir más intensamente con la naturaleza».
He estado implicado en todo el proceso de construcción, coordinando a los trabajadores y haciendo labores de carpintería y albañilería, entre otras: al igual que Thoreau, «tengo tantos oficios como dedos».
Nuestra idea es seguir sumando actividades, relacionadas con nuestros oficios, a las que ya realizamos en Kawawa.
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